Fue el primer día que amanecí en Florencia cuando escuché la noticia en la televisión mientras preparaba la jornada turística.
Posteriormente, en un periódico gratuíto que me dieron por la calle leí algo más: Syd Barrett, alma del grupo Pink Floyd, ha fallecido en Cambridge a los 60 años.
Hace tiempo que, de cuando en cuando, me da por buscar información sobre este enigmático personaje en internet.
Muchos de los que escuchen hablar de Pink Floyd asociarán el nombre a un gran grupo, de los denominados dinosaurios del Rock, y a dos grandes discos de la historia de la música: "The Dark Side of the Moon" y "The Wall" (ambos, curiosamente, con homenajes más o menos directos a la figura de Barrett). Pero quizás la prehistoria de la formación en las profundas raíces de la psicodelia han pasado a la historia como en el caso de otras formaciones como pueden ser los Status Quo quienes, ahí donde se les ve con sus vaqueros y sus camisetas, vistieron en su momento chaquetas de colores pastel y camisas con chorreras.
Los Floyd sesenteros eran más de pieles en los bordes de sus abrigos, chaquetas de bacilos y sombreros. Coloridas proyecciones de líquidos en movimiento de fondo en sus actuaciones y largos desarrollos intrumentales.
Los Pink Floyd de Syd Barrett (una vez abandonado el blues que les unió como grupo) se dedicaron a la psicodelia de la que fueron uno de los grupos pioneros, y Barrett uno de los principales autores.
Dentro de la banda fue un prolífico compositor que supo crear personajes que pertenecen a la tradición literaria británica, combinados con viajes espaciales, y escribió temas tan simples e infantiles como "Bike" junto a otros como "See Emily Play" o "Astronomy Domine", por poner un par de ejemplos.
Pero, unos dicen que por efecto de las drogas, puede que fuera por su propio carácter, su actitud fue apagándose hasta que, cuenta la leyenda, llegó a quedarse sentado en una esquina rasgueando su guitarra con una sola mano durante horas.
El grupo decidió buscarle un sustituto y durante un tiempo los 4 Floyd fueron 5 (durante la grabación de parte de su segundo album y una sesión de fotos donde Barrett asomaba desde la parte posterior como si ya no fuera parte de la historia). Hasta que acordaron mantenerle al margen de la actividad del grupo.
Con la ayuda de sus antiguos compañeros y miembros de otros grupos como Soft Machine llegó a grabar material del que se consiguió sacar un par de discos que, para mi gusto, sería un buen disco sencillo y no dos con material de relleno de ínfima calidad.
Desde entonces la luz se apagó y la leyenda nació. Y en 1971 Syd Barrett pasó a convertirse (o al menos intentarlo) en alguien anónimo, asustadizo y que huía de las cámaras.
Ingresado durante un tiempo en un sanatorio mental diagnosticado de esquizofrenia volvió luego a casa de su madre bajo cuya tutela vivió un par de décadas. Cuidaba del jardin, paseaba al perro y se dedicaba a otra de las expresiones artísticas en las que destacó: la pintura. Eso hacía o al menos eso se sabe.
Durante 20 años se conocen apenas un par de detalles de su vida.
Mientras Pink Floyd grababan su disco de 1975 "Wish You Were Here" (dedicado en parte a su antiguo compañero), Barrett se dejó caer por el estudio. Con la cabeza y las cejas afeitadas y un notable sobrepeso al principio sus compañeros y amigos de juventud apenas le reconocieron. Gilmour dijo posteriormente que se echó a llorar al reconocerle y verle con ese aspecto. Barrett les dijo que no le gustaba la música que hacían y aquello fue todo.
Porteriormene, en la película "The Wall" hecha a partir del disco de Pink Floyd grabado en 1979 el protagonista, Pink, se afeita la cabeza y las cejas como vieron años atrás los miembros del grupo a su compañero.
Alguna entrevista robada a escondidas de su madre mientras Barrett se mostraba asustado es todo el resto de su actividad pública en ese tiempo.
Tras morir su madre fue su hermana quien se hizo cargo del cuidado del músico hasta su muerte la semana pasada.
Al parecer problemas relacionados con la diabetes complicaron su estado de salud y acabaron con su vida. La prensa no parece haber dado más datos y seguro que la vía queda abierta a toda especulación acerca del abuso de LSD y otras drogas durante su juventud.
Un genio que brilló apenas durante 7 años permaneció en silencio 35 años y en silencio ha muerto, con apenas un par de discos sacados de la manga por su discográfica durante este período a base de refritos de viejas canciones, tomas alternativas y de pésima calidad en su mayoría.
Siempre me rondó la cabeza la pregunta: ¿Qué haría Syd Barrett pasados los años si cayera en sus manos una guitarra? ¿Sería como montar en bicicleta que, tras un par de pedaladas dubitativas en poco tiempo sería capaz de sacar acordes de aquellas cuerdas y de recordar viejas melodías?
¿Qué esconderían esos ojos apagados (like black holes in the sky) al mirar una guitarra?
Ahora ya es tarde. El mito que creó el silencio en vida lo mantendrá su muerte y alguna recopilación de cuando en cuando. Un DVD o una versión de algún compañero de grupo de una de las viejas canciones de los primeros discos.
lunes, julio 17, 2006
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1 comentario:
Yo me he mantenido un poco desconectado de la prensa y tal (como siempre), pero, por desgracia, el genio de Syd Barrett es algo inflado y sobrevalorado, o al menos eso creo yo...
Ya veo los discos tributos de grupos gafapastosos en las estanterías de las tiendas más cool de la ciudad... Por de pronto, el sábado en MediaMarkt había unos cuantos DVDs salidos de la nada en primera fila...
En fin...
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