Buenas Chones!
Una noche de verano... calor... una botella de agua fresca junto a mi (desde que bebo sano estoy irreconocible), un sombrero tirolés en la cabeza (no es mi sombrero de escribir, simplemente es el último que he comprado y el que más a mano tengo) y muchas cosas por decir sin haber sido previamente elaboradas (como de costumbre).
Mis amigos me reclaman nuevas publicaciones en este blog (todavía no entiendo bien por qué... teniendo el Twitter donde en 140 caracteres vomito breves pensamientos sin conseguir aburrir al lector) pero bueno, sea como fuere quieren vómitos de mayor volumen, con tropezones incluídos, así que, por aclamación popular comento los dos proyectos que tengo en mente y quizás me lance a atacar a alguno de ellos.
Uno se titulará: "No somos nadie" y, aunque precisa de cierta documentación, trata un tema socioeconómicopolíticolarrelecheviniendodemi sin ningún tipo de bace documental, lo cual puede convertir en un argumento fácil de rebatir o de aclamar... queda abierto el debate.
El segundo, titulado "Yo Confieso" puede dañar severamente mi imagen dejando al descubierto algunas de mis carencias en temas que muchos creen que domino.
Prepárense, señoras y señores, para un verano caluroso.
Al márgen de esto, y sin entrar en pormenores (yo sé hacer cosas mejores) resumir en un breve párrafo que recién llego (qué argentino quedó esto, ché!) de un viaje de 12 días por Centroeuropa que nos ha llevado a 6 amig@s, una furgoneta y a mi a visitar Viena, Budapest, Cracovia, Auswitz, Praga, Bratislava y Viena de nuevo. Una experiencia imposible de resumir en una palabra, una frase o un párrafo, llena de momentos que mis compis de viaje y yo recordaremos durante años con pronunciar palabras como "engogrosa" o "Zsízsi" y bajar una escalera de una forma especial.
Desde aqui un saludo a mis compañer@s de viaje. Ha sido un placer.
miércoles, julio 16, 2008
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