Hace tiempo que tengo pendiente esta confesión.
Sé que voy a decepcionar a muchos pero, he de asumir la verdad, mantener mi cabeza erguida y soportar estoicamente los insultos que me caigan.
Os he engañado a muchos, durante mucho tiempo. Soy un impostor.
Tengo un amigo que dice que soy un “cinéfalo”, palabro aspirante a engrosar las listas del Risionario. Tal afirmación se basa en la imagen que he querido dar durante mucho tiempo de amante del séptimo arte, conocedor de obras, autores, directores y todo el entramado que hay a su alrededor, pero no es así. Fuera de mis mitos, de mi mundillo de payasos, cómicos y estrellas viejunas no sé nada de nada. Sólo lo que he oído por ahí, o visto en documentales biográficos o leído en algún libro.
Otro amigo, cada vez que nos vemos me pregunta: ¿Qué has visto en el cine últimamente? Me escudo en mi sobrino y las películas que le llevo a ver, pero cuando este amigo mío y yo nos enfrascamos en charlas cinematográficas pongo en evidencia mis carencias (y es que me da mil vueltas en ese mundo).
Todo un mundo aparte merece el señor Altovolteño (habitual de esta sección) que, además de ávido aficionado al cine en sus más diversas vertientes, es un profesional de la crítica y el verbo enrevesado. Y encima le pagan por ello.
Si, queridos amigos, lectores, curiosos y demás.
Mis conocimientos de cine son bastante limitados y tengo que confesar que bajo la frase que utilizo: “…bueno, no me he sentado a verla pero la he visto a trozos…” se esconde la realidad de que no he visto muchos de los clásicos básicos del cine de todos los tiempos.
Especial dolor le causará a quien me tacha de Cinéfalo el saber que no he visto NINGUNA DE LAS TRES PRIMERAS PARTES de la Trilogía de Star Wars, y de la trilogía más reciente vi “La Amenaza Fantasma” porque quedé con una gran aficionada para verla en su momento. Traté de ocultar mi carencia argumentando que vería la serie completa cuando estuviera terminada (deseando que fuera una triple trilogía y tuviera así más tiempo para ponerme al día).
Pero esa es tan sólo una muestra ínfima de mi calumnia, pues tampoco he visto incunables de la talla de “El Padrino”, por ejemplo. Nunca he aguantado los 226 minutos de “Lo Que El Viento Se Llevó”, y no puedo recordar si he visto íntegras películas como “Casablanca”.
Hablando en concreto de grandes directores he visto de Kubrick “Teléfono Rojo: Volamos hacia Moscú” (por obvias razones cómicas, por Peter Sellers, vamos) y “La Naranja Mecánica” muy recientemente porque la tenía mi hermano y tenía ya cierta curiosidad y “El Resplandor” por pura repetición televisiva… pero ni “2001…” ni “La Chaqueta Metálica” ni “Lolita” ni otros tantos clásicos.
Podríamos mencionar a Hitchcock de quien conozco multitud de anécdotas por documentales y algún libro pero que ni “Vértigo”, ni “La Ventana Indiscreta”, ni “Psicosis”, ni “Los Pájaros” he visto (ni muchas otras, la lista es interminable). Por cierto, quien me llamó cinéfalo me regaló “Náufragos “ hace un par de años y la recomiendo encarecidamente. Un obrón. Sí señor.
Podría seguir haciendo confesiones de clásicos, pero es que en cuanto a contemporáneos también ando bastante pez.
Se supone que, por cuestiones de edad, la década de los ochenta debió ser el momento de mi despertar cinematográfico (que lo fue, pero con efecto retroactivo que llegó casi hasta el cine mudo, cuyas comedias y cuyos artistas me deslumbraron desde el principio).
Vale, fue en una exposición donde descubrí el cine (gracias al pintor y caricaturista José Ramón Sánchez, popular por programas televisivos como La Cometa Blanca o Sabadabadá).
Acepto un tiempo de aclimatación al nuevo descubrimiento en el que fijé objetivos y estudié mis preferencias. La comedia ante todo, la clásica con cierta prioridad.
Por aquellos tiempos la comedia dejaba bastante que desear (bastante zafia la comedia americana de los ochenta). Habíamos ido perdiendo a los grandes pero, afortunadamente, sus fallecimientos fueron motivo para que la segunda cadena e incluso la primera sesión de cine de los sábados por la tarde programasen películas de los Hermanos Marx, Chaplin, Búster Keaton o Harold Lloyd. Cuatro de los cinco pilares de la comedia. Posteriormente, según fui desarrollando mi percepción descubriría a Woody Allen.
(Y Peter Sellers que siempre estuvo allí gracias a “El Guateque”, del que tengo recuerdos desde mi más tierna infancia).
Una vez decidido que me centraría en la comedia podía seguir disfrutando del cine en general, pero no fue así y me dejé sin ver grandes películas de la segunda mitad de los ochenta y del despertar que supusieron los noventa y la primera década de este nuevo siglo.
Tengo amistades para quienes películas como “Braveheart” o “Gladiator” son, a pesar de su corta vida, ya grandes clásicos. Pues bien… aún no he visto “Gladiator” (de 2000) y hace tres días que vi “Braveheart” (de 1995).
Por otro lado, mucha gente va por la vida de cultureta diciendo que el lema de su existencia es “carpe diem” (viste mucho regirse por una frase en latín). Todo esto viene de “El Club de los Poetas Muertos” (1989), película que dio a Robin Williams la credibilidad como actor que no le terminaban de otorgar sus papeles histriónicos de comedias de años anteriores. Pues bien, no la ví en su momento a pesar de su enorme éxito, y todavía no la he visto.
(Estoy de vacaciones, es la 1:20 de la noche y no tengo sueño ni urgencia por irme a dormir… así que esto podría prolongarse por muuuuuchotiempo).
Haced una lista de grandes películas al gusto de cada quien y será un alto porcentaje de ellas el que no habré visto. Quizás pueda decir algo, mucho o poco de ellas, pero de pocas podré afirmar que “…me he sentado a verla…”
Afortunadamente estos días de vacaciones en casa estoy aprovechando para ver alguna película y poder suplir ciertas carencias. Empecé por “Blade Runner” pero no dejo de lado clásicos en blanco y negro que tengo programados como “Ninotchka” con Greta Garbo, “Uno, Dos, Tres” con James Cagney, el gangster más pequeño duro y malvado del cine negro convertido de mayor en un actor de comedia de la mano de Billy Wilder, y volviendo a Ernst Lubitch “Ser o no ser” (vale, estas tres ya las vi en su momento pero las considero tan buenas que merece la pena tenerlas a mano en cualquier momento). Sin olvidar “El Premio” con Paul Newman, Elke Sommer y un ya entradito en años Edgard G. Robinson que también dejó el cine negro para hacer una película de intriga con muchos toques de humor.
Del delito de jactarme de ser un aficionado al cine sin haber visto muchas de las películas necesarias para atribuirse tales méritos:
Me declaro culpable.
Espero, señoras y señores del jurado, que sepan ser benevolentes conmigo.
Gracias.
Sé que voy a decepcionar a muchos pero, he de asumir la verdad, mantener mi cabeza erguida y soportar estoicamente los insultos que me caigan.
Os he engañado a muchos, durante mucho tiempo. Soy un impostor.
Tengo un amigo que dice que soy un “cinéfalo”, palabro aspirante a engrosar las listas del Risionario. Tal afirmación se basa en la imagen que he querido dar durante mucho tiempo de amante del séptimo arte, conocedor de obras, autores, directores y todo el entramado que hay a su alrededor, pero no es así. Fuera de mis mitos, de mi mundillo de payasos, cómicos y estrellas viejunas no sé nada de nada. Sólo lo que he oído por ahí, o visto en documentales biográficos o leído en algún libro.
Otro amigo, cada vez que nos vemos me pregunta: ¿Qué has visto en el cine últimamente? Me escudo en mi sobrino y las películas que le llevo a ver, pero cuando este amigo mío y yo nos enfrascamos en charlas cinematográficas pongo en evidencia mis carencias (y es que me da mil vueltas en ese mundo).
Todo un mundo aparte merece el señor Altovolteño (habitual de esta sección) que, además de ávido aficionado al cine en sus más diversas vertientes, es un profesional de la crítica y el verbo enrevesado. Y encima le pagan por ello.
Si, queridos amigos, lectores, curiosos y demás.
Mis conocimientos de cine son bastante limitados y tengo que confesar que bajo la frase que utilizo: “…bueno, no me he sentado a verla pero la he visto a trozos…” se esconde la realidad de que no he visto muchos de los clásicos básicos del cine de todos los tiempos.
Especial dolor le causará a quien me tacha de Cinéfalo el saber que no he visto NINGUNA DE LAS TRES PRIMERAS PARTES de la Trilogía de Star Wars, y de la trilogía más reciente vi “La Amenaza Fantasma” porque quedé con una gran aficionada para verla en su momento. Traté de ocultar mi carencia argumentando que vería la serie completa cuando estuviera terminada (deseando que fuera una triple trilogía y tuviera así más tiempo para ponerme al día).
Pero esa es tan sólo una muestra ínfima de mi calumnia, pues tampoco he visto incunables de la talla de “El Padrino”, por ejemplo. Nunca he aguantado los 226 minutos de “Lo Que El Viento Se Llevó”, y no puedo recordar si he visto íntegras películas como “Casablanca”.
Hablando en concreto de grandes directores he visto de Kubrick “Teléfono Rojo: Volamos hacia Moscú” (por obvias razones cómicas, por Peter Sellers, vamos) y “La Naranja Mecánica” muy recientemente porque la tenía mi hermano y tenía ya cierta curiosidad y “El Resplandor” por pura repetición televisiva… pero ni “2001…” ni “La Chaqueta Metálica” ni “Lolita” ni otros tantos clásicos.
Podríamos mencionar a Hitchcock de quien conozco multitud de anécdotas por documentales y algún libro pero que ni “Vértigo”, ni “La Ventana Indiscreta”, ni “Psicosis”, ni “Los Pájaros” he visto (ni muchas otras, la lista es interminable). Por cierto, quien me llamó cinéfalo me regaló “Náufragos “ hace un par de años y la recomiendo encarecidamente. Un obrón. Sí señor.
Podría seguir haciendo confesiones de clásicos, pero es que en cuanto a contemporáneos también ando bastante pez.
Se supone que, por cuestiones de edad, la década de los ochenta debió ser el momento de mi despertar cinematográfico (que lo fue, pero con efecto retroactivo que llegó casi hasta el cine mudo, cuyas comedias y cuyos artistas me deslumbraron desde el principio).
Vale, fue en una exposición donde descubrí el cine (gracias al pintor y caricaturista José Ramón Sánchez, popular por programas televisivos como La Cometa Blanca o Sabadabadá).
Acepto un tiempo de aclimatación al nuevo descubrimiento en el que fijé objetivos y estudié mis preferencias. La comedia ante todo, la clásica con cierta prioridad.
Por aquellos tiempos la comedia dejaba bastante que desear (bastante zafia la comedia americana de los ochenta). Habíamos ido perdiendo a los grandes pero, afortunadamente, sus fallecimientos fueron motivo para que la segunda cadena e incluso la primera sesión de cine de los sábados por la tarde programasen películas de los Hermanos Marx, Chaplin, Búster Keaton o Harold Lloyd. Cuatro de los cinco pilares de la comedia. Posteriormente, según fui desarrollando mi percepción descubriría a Woody Allen.
(Y Peter Sellers que siempre estuvo allí gracias a “El Guateque”, del que tengo recuerdos desde mi más tierna infancia).
Una vez decidido que me centraría en la comedia podía seguir disfrutando del cine en general, pero no fue así y me dejé sin ver grandes películas de la segunda mitad de los ochenta y del despertar que supusieron los noventa y la primera década de este nuevo siglo.
Tengo amistades para quienes películas como “Braveheart” o “Gladiator” son, a pesar de su corta vida, ya grandes clásicos. Pues bien… aún no he visto “Gladiator” (de 2000) y hace tres días que vi “Braveheart” (de 1995).
Por otro lado, mucha gente va por la vida de cultureta diciendo que el lema de su existencia es “carpe diem” (viste mucho regirse por una frase en latín). Todo esto viene de “El Club de los Poetas Muertos” (1989), película que dio a Robin Williams la credibilidad como actor que no le terminaban de otorgar sus papeles histriónicos de comedias de años anteriores. Pues bien, no la ví en su momento a pesar de su enorme éxito, y todavía no la he visto.
(Estoy de vacaciones, es la 1:20 de la noche y no tengo sueño ni urgencia por irme a dormir… así que esto podría prolongarse por muuuuuchotiempo).
Haced una lista de grandes películas al gusto de cada quien y será un alto porcentaje de ellas el que no habré visto. Quizás pueda decir algo, mucho o poco de ellas, pero de pocas podré afirmar que “…me he sentado a verla…”
Afortunadamente estos días de vacaciones en casa estoy aprovechando para ver alguna película y poder suplir ciertas carencias. Empecé por “Blade Runner” pero no dejo de lado clásicos en blanco y negro que tengo programados como “Ninotchka” con Greta Garbo, “Uno, Dos, Tres” con James Cagney, el gangster más pequeño duro y malvado del cine negro convertido de mayor en un actor de comedia de la mano de Billy Wilder, y volviendo a Ernst Lubitch “Ser o no ser” (vale, estas tres ya las vi en su momento pero las considero tan buenas que merece la pena tenerlas a mano en cualquier momento). Sin olvidar “El Premio” con Paul Newman, Elke Sommer y un ya entradito en años Edgard G. Robinson que también dejó el cine negro para hacer una película de intriga con muchos toques de humor.
Del delito de jactarme de ser un aficionado al cine sin haber visto muchas de las películas necesarias para atribuirse tales méritos:
Me declaro culpable.
Espero, señoras y señores del jurado, que sepan ser benevolentes conmigo.
Gracias.
9 comentarios:
Yo tampoco soy Zoonéfalo de esos, , pero vaya, tampoco se puede ser todo en la vida!
De cosas que he visto y que me recuerdas, te podría recomendar:
- El Apartamento (Billy Wilder)
- Una Mente Maravillosa (Con Rusell Crowe)
- EL Club de los Poetas Muertos
- La Chaqueta Metálica.
- Psicosis.
- Airbag ;-)
Y poco más te puedo decir, veo el cine por puro entretenimiento sin fijarme demasiado en quien dirige, quien actúa y esas cosas. Soy menos Cinéfago que tú, believe-me.
Por cierto, el del comentario anterior era yo ;-)
Sí señor, esto es un post de iniciación a la cinefilia como Dios manda, y te lo dice alguien que hasta ha escrito un libro, con verbo enrevesado (algún día aprenderé a escribir bien, lo siento) y cobrando por ello, sobre el tema. La verdad es que no puede ser más oportuno, porque ahora mismo la cinefagia se hace más urgente que nunca cuando vemos que una peli buena pero no estratosférica como El caballero oscuro está siendo elevada a los altares por todo el mundo, comparándola con El padrino II o cimas por el estilo. El otro día revisé (ese palabro también es muy cinecultureta) Pulp Fiction, otro mojón de los últimos años para muchos cinéfilos enteradillos, y me sigue pareciendo un chiste de dos horas, como bien dijo Woody Allen. Encima, qué móviles más viejunos llevaban, con antena y todo. En fin, que hay que empapuzarse de clásicos como sea. En DVD y jomcinema, pero sobre todo en salas. Recuerdo las panzadas que me daba en la Filmoteca en mis años mozos, tragándome con gozo ciclos completos dedicados a Ozu, Dreyer, Bergman, Buñuel, Wilder... eso es lo que te va curtiendo como espectador y como persona humana, ea. Ahora estoy algo desencantado con el cine, y casi me atrae más el mundo del videojuego, en mayor evolución creativa y artística. Me entristece comprobar los estrenos que acuden a las salas, refritos, fotocopias y churros churriguerescos. Alguno se salva como Tropa de élite y alguno tengo ganas de verlo como Hellboy 2, aunque sea secuela de un cómic. Pero esto es lo que hay. En fin, mostoman, que me alegro que hayas vuelto a la blogosfera y, mira, estoy dispuesto a darte un ejemplar de Quitamanchas Peter Pan (el libro de marras sobre iniciación a la cinefilia) a cambio de una cañeja con tapa, je, je... Bueno, eso si rescato alguno del baúl de los recuerdos, claro. Un saludete, amigo
Ah, se me olvidaba la lista de pelis preferidas que aún veo de vez en cuando, así que ahí van:
La huella (la original, naturalmente)
El guateque
La novia de Frankenstein
El hombre que pudo reinar
F. for fake
Hellraiser
Manhattan
Toro salvaje/Taxi driver/Uno de los nuestros
El cazador
Kill Bill vol. 1 y 2
La mejor juventud
Once
Lost in translation
Cars o cualquiera de Pixar
Y, como desengrasante, alguna comediaza estilo Colega, ¿dónde está mi coche?, 2000 maniacos o Dos colgaos muy fumaos (no la segunda parte de Guantánamo), que no solo de Tarkowski vive el hombre...
Ah, y se me olvidaban tres capitales:
El apartamento
2001
El buscavidas
Bueno, y ya lo dejo porque si no voy a monopolizar esto y no es plan...
Avanti popolo!
Amigo Esmiz, con respecto a lo que dices que no se puede ser todo en esta vida.... Mostomán puede ser todo en esta vida... todo y más. No lo olvides. Pero no estás exento de razón. No se puede saber de todo y, efectivamente, el cine es, para unos un arte, para otros un entretenimiento. Qué más dará si es una película del director de "Esta peli es una ruina" o del Director de sonido de "...los sordos también van al cine"... si es buena y entretiene...
Altovolter, tu verbo enrevesado es tu marca de clase... no lo pierdas nunca.
Por cieto, no rebusques el "Quitamanchas Peter Pan", tengo un ejemplar por el que pagué gustoso (al igual que el resto de tu bibliografía, a excepción de aquel ensayo "...no disparen al crítico, o apunten a los ojos" si mal no recuerdo, que no sé dónde localizar). Y la cañeja por supuesto, no hacen falta libros a cambio.
Eres un crack. Bueno, pues lo cambiamos por No disparen contra el crítico, ea. Y la caña que no falte. Abrazos
Hey Mostoman, ¿qué tal va todo? espero que sigas en el "candelabro". Bueno, yo ando como siempre, aunque mi blog de Altovolta se ha tomado un respirillo para "emsamblar conceptos", aparte de otros menesteres (ahuyentar a los trolls y esperar que los de Aireando.com se pongan las pilas). Mientras, he incorporado a mi blog de videojuegos de ABC un apartadito que pretende salir los viernes, "Nosolojuegos". El primero de la lista lo dedico, cómo no, al último disco de Dylan, octavo de su serie "bootleg" que demuestra que hasta sus migajas son de oro y ya querría el común de los mortales pillar algún cachito. He aquí la cosa, por si te interesa: http://blogs.abc.es/index.php/finalfatality/2008/10/10/
Un saludo, amiguete, y a seguir bien.
Publicar un comentario