Hace tiempo que me pregunto una cosa... aplicada siempre a la música y a artistas concretos, pero me he dado cuenta de que se puede aplicar a campos más diversos.
Imaginemos a un artista en sus primeros tiempos. Un cantante con fé en un estilo, con ideales y toda una carrera por delante.
Qué sucedería si, con una "máquina del tiempo" este artista tuviese acceso a una obra suya de X años más tarde?
Por ejemplo... supongamos a un, digamos, John lennon de los primeros sesenta; afincado en el rock y en el pop más comerciales... si le pusiéramos a escuchar obras (o casi diría "engendros") suyos de épocas posteriores como un Revolution 9 con los Beatles o innumerables muestras con la Plastic Ono band...
En un principio mi razonamiento me lleva a decir que, sin duda pensaría que qué es eso tan chirriante y molesto y quién ha desperdiciado los surcos de un disco con semejantes aberraciones, pero... entonces me surge la duda:
¿Y SI LE GUSTASE?
¿Qué sucedería si le gustase algo tan radicalmente diferente a lo que hace en el momento?
Si al heavy Michael Bolton original le dijeran que llegaría a convertirse en un crooner más (aprovechando que lo hicieron otros como Rod Stewart) ¿se lo creería?
Una vez Barry Gibb, criticando no sé si al mismo Elvis o a Tom Jones, dijo que él no quisiera terminar sus días cantando en las Vegas... y es ahí donde han terminado los Bee Gees, dando conciertos puntuales en locales del estilo (incluso hay un disco de escasa tirada titulado "Barry Gibb Sings Sinatra").
Aplicado a otros ámbitos... quién sabe... la interpretación... un actor dramático inglés de escuela clásica que haya dicho que jamás haría cine comercial (como llegó a hacer Anthony Hopkins) ¿...qué diría el heredero del trono inglés dejado por Sir Laurence Olivier si se viera a sí mismo interpretando a Hannibal el Caníbal en "El Silencio de los Corderos" y repitiedo saga por un puñado de dólares?
En el terreno de las artes plásticas es muy fácil buscar el ejemplo.
Un Juan Gris, un Picasso, un Dalí... que dieron sus primeras pinceladas en un estilo y fueron derivando hacia el surrealismo, impresionismo y demás ismos.
Pregunta a uno de ellos en el inicio de su trayectoria qué opina de un cuadro donde una cara tiene una nariz mirando hacia un lado, una oreja mirando hacia otro, la boca partida y tres ojos mirando en diferentes direcciones, junto a un violín con varias sombras.
¿Y si... LES GUSTASE EL RESULTADO?
Esa es mi duda y... ese es mi miedo.
Si alguien recuerda la película "Regreso al futuro" donde el protagonista interpreta un riff guitarrero de Chuck Berry llevado a extremos y un primo de Berry que está ahí llama por teléfono al autor de Johnny B. Goode y le dice "creo que he encontrado algo parecido a lo que buscas" mientas el resto del público horrorizado se tapa las orejas ante el estruendo eso es un poco lo que pienso...
Afortunadamente no existen las máquinas del tiempo y la evolución se va produciendo de forma paulatina y no a grandes saltos, y nadie se tuvo que acercar a los chicos de Queen para decirles: "Chicos... quitad de la contraportada eso de No Synthesisers no vaya a ser que algún día los uséis y os traguéis vuestras palabras..."
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1 comentario:
Efectivamente... los tiempos cambian. De todos modos, hay ejemplos claramente denigrantes, como lo de los Bee Gees haciendo versiones en las Vegas para placer inconmensurable de féminas atiborradas de botox y siliconas varias, y casos menos hirientes, como el No Synths! de Queen que, al fin y al cabo, no es sino una declaración de intenciones momentánea en defensa del rock que nadie dijo que fueran a mantener en el tiempo. Además la defensa se mantuvo, siempre fueron 4 tipos tocando sus instrumentos y haciendo rock, al margen de aditivos tecnológicos en sus últimos discos... y de esa otra gran aberración sónica llamada Hot Space (a pesar de las joyas que guarda).
En fin, que nunca se sabe. Además está bien experimentar y evolucionar. Si no, puedes acabar como Los Suaves o Running WIld, que en 20 años sólo han mutado de color de pelo (hacia las canas).
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