domingo, septiembre 30, 2007

Mi noche en blanco personal

Como a cualquier madrileño que se precie La Noche en Blanco celebrada el sábado 22/09/07 me afectó de alguna manera.

El año pasado, primera edición del evento, no participé de forma activa y no tengo recuerdos de lo que sucedió (lo cual quizás me convierta en un madrileño despreciable).

Este año, sin embargo, sí he participado para ver qué pasaba.

Conocidos interesados en el cine se decantaron por la oferta cinematográfica: cortos, proyecciones y exposiciones relacionadas...

Conocidos interesados en el arte optaron por museos y exposiciones.

Yo, junto a quienes me acompañaron, fui con una máxima:

"Lo que sea al aire libre para no pasar la noche haciendo cola"

El primer destino fue el parque del Retiro. Al llegar me hice a la idea de lo que iba a encontrarme el resto de la noche: GENTE.

El montaje de las Sirenas, de cuyo nombre afortunadamente me he olvidado, consistía en un grupo de Tubas (y alguna campana) montadas sobre barcas del estanque. Rubias y onduladas melenas y una batida de lado a lado interpretando algo así como un "concierto para tubas de 4 notas". Y es que era eso, nada más. Tocaban cuatro notas largas y hacían una batida remando. Se paraban, tocaban las mismas cuatro notas y volvían a remar.

Así durante cosa de 45 minutos. Y teniendo en cuenta que el estanque del Retiro no tiene precisamente la sonoridad del Royal Albert Hall.

Una tomadura de pelo, vamos (pero viendo el programa de festejos no era la única tomadura de pelo programada para esa noche).

Casualmente, alejándonos del estanque nos detuvimos a ver, fuera de programa, la actuación de un malabarista fuera de lo común, y no por los ejercicios que ejecutaba, sino por la forma de presentarse.

Con una labia llena de humor e ironía se metió al público en el bolsillo (y su dinero en el sombrero) consiguiendo sacar aplausos más fuertes cuando se equivocaba que cuando hacía bien las cosas.

Nos hizo ver la importancia de entretener a la gente (y que eso tiene un precio).

Seguramente no sea el mejor malabarista que he visto en mi vida, pero sí el que mejor me lo ha hecho pasar.

Posteriormente disfrutamos de algo sin parangón... la calle Alcalá y la Gran Vía peatonales.

Camino de Callao vimos montajes, proyecciones y "performances" como un botellón en plena calle (una mesa, cuatro sillas, un recinto cerrado y litronas... el botellón hecho arte?)

Alguna parada técnica para repostar (bebercio y comercio... los grandes beneficiados de la noche en blanco y de la inesperada visita de la lluvia).

Próxima parada: Explanada del Santiago Bernabeu.
Objetivo: Strange Fruit (artistas australianos) con su espectáculo: The Field

Tomamos posiciones y nos dispusimos a ver los equilibrios de un grupo de artistas sobre pértigas.

Salí con dolor depiernas, seguramente solidarizándome con los artistas. Por fin algo en el programa que merecía realmente la pena.

Dejo aqui algunas muestras para que juzguéis, a mi (y a quienes me acompañaron) nos parecieron muy originales.









For further information...

Hay mucho en youtube y su página web es:

http://www.strangefruit.net.au/

El resto de la noche, tuvo que desarrollarse entre bares y demás establecimientos hosteleros hasta que fuimos echados de todos ellos y tuvimos que volver a casa.

Conclusiones de esta primera noche en blanco:

1.- Suspenso en comunicaciones. Otro año hay que quedarse en una no muy lejos del destino final. Volverdel Bernabeu al centro fue toda una odisea.
2.- Para el año que viene preparar la "performance" más estúpida que se nos ocurra. Queda abierta la veda a artistoides.

1 comentario:

JC dijo...

Hombreeee, si es JJ resucitado. Qué gran noticia, que ya las telarañas estaban empezando a parecer la Gran Muralla China.Me alegro que sigas con el hábito de darle a la tecla cibernética y bloggera. La verdad es que lo de la Noche en Blanco o como se llame es para ir sobre seguro, porque si te lanzas a la aventura solo conseguirás cabreos en las largas colas, ampollas de tanto andar y sensación de tomadura capilar. Yo, como narré en su día, me fui a la Filmo a ver unos cuantos cortos fetenes y a las dos de la mañana ya estaba en el sobre. Por cierto, he arrancado hoy un pequeño monográfico sobre Dylan, como me sugeriste en su día. No es tan exhaustivo como el de Cohen sino más personal, por así decirlo. En su caso tiene más sentido, creo. Pues nada, amigo, a seguir bien y a animarse a postear más, vaguete. Un abrazo